El día sin coche pretende concienciar a la población de que existen otras maneras de desplazarse más baratas, ecológicas y saludables como la bicicleta.
Cada 22 de septiembre se celebra el Día Sin Coche para concienciar a la población de que existen otras maneras de desplazarse más baratas, ecológicas y sanas como la bicicleta o el transporte público que reducen los efectos del tráfico, los ruidos, la contaminación y el abuso de consumo energético.
La celebración del día sin coche surgió durante la primera crisis energética de 1974 cuando diversos gobiernos nacionales, regionales y locales europeos, preocupados por el suministro de petróleo, prohibieron la circulación del tráfico motorizado los domingos.
Con el fin de la crisis petrolífera concluyó también esta experiencia que en los años ochenta trataron de retomar ecologistas y defensores del uso de la bicicleta. Desde entonces, cada año por estas fechas, las ciudades europeas que participan en esta acción reivindicativa, reservan una zona para bicicletas, peatones, vehículos ecológicos que utilizan gas licuado del petróleo, gas natural o electricidad y, en particular, para el transporte público.
Desde el año 2000, el Día Sin Coche recibe el apoyo de la Comisión Europea que plantea este evento como una jornada educativa. Con un marcado carácter teórico, este día permite ensayar diferentes formas de organizar la movilidad urbana sin el uso de tanto coche. Pero, la iniciativa ha perdido fuerza y contenido como demuestra la preponderancia del coche en los entornos metropolitanos.
